¡Buenos días!
Vale, un poco de gancho tiene el título, porque algo de truco hay... ;).
Dándole vueltas a la inminente cena de Nochevieja, y pensando que, aunque seguro que ya lo tenéis todo planificado, quizás os falte algún aperitivo por concretar (estoy pensando en, por ejemplo, un canapé de tortilla con tomate seco y queso parmesano, que es fácil, rápido de hacer y de gran aceptación) y por eso hoy voy a daros dos recetas en una =)
Vamos a ver, para hacer esta tortilla de patata exprés (y muchas otras recetas ricas y rápidas también...=) procuro tener siempre en casa cebolla confitada muuuuy lentamente.
Ah, ¿que no tienes tiempo?, pues la verdad, ¡yo tampoco!.
Pero es que tengo un 'trucosecreto' muy, muy bueno para hacerlo mucho, mucho más rápido =P
¿Qué me decís a eso =)?
Vamos primero con la cebolla: yo procuro hacer cantidades industriales -literalmente- porque le pongo cebolla a todo lo que puedo, y hasta a lo que no debo (y confieso que más de una agradable sorpresa me he llevado...) además, la dejo en la nevera, en un bote cubiertita de aceite y me dura lo que no está escrito.
A ver, tenemos la cebolla cruda y bien picadita, así:
Venga, ahora cogemos una sartén grande y la calentamos SIN ACEITE, esto es vital.
Ahora que la tenéis calentita -tampoco hace falta esperar a que humee- echáis la cebolla dentro y NO PAREIS DE REMOVER.
Tenéis que hacerlo a fuego medio-bajo, y sin parar de controlarla.
Sudará y soltará mucho líquido, pero al cabo de un momento, veréis que la cebolla empieza a coger un tono 'toffee'.
No tenéis que dejar que se chamusque, se trata de que uniformemente vaya cogiendo un tono caramelo.
Cuando veáais que empieza a coger un color bronce intenso (o sea, más oscurito) le añadís aceite y dejáis sofreír al gusto (vais a ver que haciéndolo así, tardáis mucho, mucho menos tiempo).
Yo la dejo más o menos así:
Bien, ahora que os he 'chivado' mi truco para tener siempre a mano cebolla lista para hacer 2.000 cositas (yo la he usado para hacer un 'risotto' de setas, le he añadido un poco de azúcar y vino y la he 'camuflado' como mermelada de cebolla para canapés con queso de cabra, he hecho con ella una crema de espárragos en un periquete... y un largo etcétera ;) vamos a la segunda parte de la 'trucoreceta': las patatas.
Necesitaremos unas patatas, como estas
Las dejamos enteras y sin pelar (esto es fundamental), las lavamos y las marcamos (marcar, no 'taladrar';) con un tenedor y las metemos en el microondas, a máxima potencia y aunque el tiempo de cocción depende de cada micro, yo puedo deciros que con el mío tardo unos 5 minutos en cocer 4 patatas 'grandotas'.
Partid de ese tiempo y si luego al tocarlas os parecen un poco crudas, las dejáis un ratito más. (Ojo con pasarse de tiempo, que luego os quedarían secas y arrugaditas, que lo se por experiencia...=).
Las peláis, cortáis a rodajitas y las pasáis a un bol.
Ahora es cuando empezamos propiamente la tortilla:
- En el bol donde tenéis las patatas ya cortadas, le añadís tantas cucharadas de cebolla como os apetezca (yo acostumbro a no quedarme corta...)
- Le ponéis sal al gusto.
- Ahora cogéis los huevos, los batís y los echáis al bol. Y este es otro de mis trucos: dejad que las patatas absorban el huevo un ratito, que se mezclen sabores... (parece una tontería, ¿no?, pues ya me contaréis)
- Llegado este punto, yo suelo llamar a Mr.J para que me vuelva a probar qué tal está de sal (le encanta hacerlo y yo no soporto comer huevo crudo...).
- Y nada, terminar en sartén como lo hayáis hecho siempre hasta ahora.
Yo he usado esta tortilla para todo lo imaginable: como plato único en una cena rápida con una buena ensalada y un poco de pan con tomate, como canapé (os lo decía antes), como original primer plato (abriéndola por la mitad, poniéndole bechamel y gratinando con queso)...
Os aseguro que haciéndola de esta manera, no sólo ganaréis mucho tiempo y reduciréis radicalmente las calorías, sino que no vais a perder ni un ápice de sabor (palabra de 'cocooner';).
Y ahora os pregunto,
¿Habíais pensado en usar tortilla como base de otras recetas más 'chic'?
Besos,
Ingrid
*Imágenes vía Google