Muy buenas tardes:
Está claro que no lo consigo. Lo intento, estoy en ello... pero no logro ponerle orden a mi vida.
Cómo explicaros... digamos que me he metido en un bucle infinito de ejercicios de Bricomanía.
Bueno, para ser exactos debería decir Bricomanía y Masterchef, al 50% (que no ‘diy’ y recetas; pero no quiero aburriros con los detalles). Una locura sin control.
A ver si espabilo y me pongo las pilas de una vez, que llevo un año que no os podéis ni imaginar.
En fin, ¿dónde nos habíamos quedado?
Ah, sí; os contaba que nos fuimos a París con maman =)
Una escapada relámpago de chicas a la ciudad de la luz. Fuimos en ave (qué cómodo, oiga; cualquiera pierde el tiempo en desplazamientos al centro de la ciudad y discutiendo con azafatas de Ryanair..., ¿el viaje? Pues tardamos 5 horas y media en llegar a la Gare de Lyon y como los croque-monsieur del vagón bar –sería cruel llamarlo vagón restaurante...- no están nada mal y los kit-kat son kit-kat en Barcelona y también en Montpellier, pues a una el viaje se le hace corto... ¿el precio del billete? Pues sorprendentemente más barato que el viaje Barcelona-Madrid en ave... sí, sí; lo que yo le diga... ;), dormimos en un hotel correcto (ni ohhhh, ni agggg; en el centro, bien comunicado y con un camembert, una bollería de mantequilla y un barralibrehastaquetehartes de zumo natural en el desayuno por el que yo casi les hubiera cantado la Marsellesa) y nos dedicamos a vivir en profundidad la experiencia de ser turistas –una vez más- en París.
Saludar de nuevo a la Tour Eiffel, Notre Dame, la ópera, el Louvre, los Champs Élysées y el Sacré Coeur.
Comer crêpes de Nutella, tartaletas de fresa y macarons como si no existieran ni el mañana ni la báscula.
Confirmar que una gabardina, unas wayfarer y unas deportivas no sólo son básicos indispensables sino que además camuflan a la perfección el look de ‘guiriconmaletapequeña’.
Quedarnos con un palmo de narices porque el mercado de las pulgas sólo abre sábados, domingos y lunes de 10 a 18.
Reírnos sin poder parar media hora delante de un –afortunadamente paciente- taxista porque teníamos que decirle que nos llevara a un restaurante llamado ‘Pied de cochon’ (del que tomé buena nota mental para que –ni por error- tenga que volver en la vida).
Pasarnos más de una hora apoyadas en un árbol delante del hotel 'Four Seasons', en la avenida George V, mirando embelesadas aquel poderío de coches, botones, propinas y sujetos con cara de tener cuentas en todos los paraísos fiscales conocidos del mundo actual.
Quedarnos con las ganas de pasear por la Rue Royale porque ‘se hace tarde y tenemos que coger el tren’.
Constatar que a los franceses les va igual de mal que a los españoles pero lo disimulan peor (qué de caras largas y pocas risas pordiossss... flota en el aire una sensación general de pesar, como de desgracia tipo ‘mi equipo ha perdido la liga, no quedan colas en la nevera y los tejanos me están demasiado estrechos’...)
Y volvimos al chacachá del tren y a los croque-monsieurs del vagón bar.
Cuando un@ viaja en un tren tiene pocas posibilidades de evitar mirar a sus compañer@s de viaje.
Si además esos compañer@s están sentados en asientos opuestos a los de una, dejar de mirarlos se convierte en una tarea ciertamente ardua.
Pero si -para más inri- esos compañer@s situados prácticamente delante son una madre que no deja de discutir con sus dos hijas adolescentes...
Pero si -para más inri- esos compañer@s situados prácticamente delante son una madre que no deja de discutir con sus dos hijas adolescentes...
Lo raro es poder llegar a ignorarlas.
Juro que lo intenté: leí una buena cantidad de páginas del libro que llevaba. Leí varias decenas de páginas más de otro libro desde el iPhone. Comentamos el viaje con maman.
Me dormí con la esperanza de que al despertar hubiera terminado aquella insoportable bronca entre la madre (cuarentona mona que lleva mal el hacerse mayor) y su hija (quinceañera, pasota y mona también para la que el iphone es dios y whatsapp la más sagrada de las Biblias...):
‘Ehhhh?????!!! Mais qu’est ce que tu dis...?? Quoi...?? Ah mais non. Non.Non!! Je suis ta mère... Et c’est suffit maintenant...!! Et ton père?? Ah, je vais parler avec papa... ah mais oui....’
Pero al despertar la cosa seguía igual; así que decidí abstraerme y dedicarme a pensar cuál de los macarons de Ladurée me iba a comer primero... ‘¿limón o caramelo? No, mejor cassis... o empiezo con el de Marie-Antoinette?’.
Los gritos me hacen volver a la realidad, me doy cuenta de que la mamá mona y cuarentona me está mirando con cierto aire amenazador mientras me dirige airadas palabras tipo:
‘blablabla ça c’est une discussion familier et personnel, mademoiselle... blablabla allons enfants de la patrie, liberté, egalité et fraternité blablabla’
...evidentemente dichas con todo el peso de su desquicio.
Se me pone cara de ‘pardon, comment?’ y para asegurarme de que estoy comprendiendo bien la situación, voy y se lo digo a maman.
De repente todo empieza a ir muy rápido: la desquiciada nos dice ‘también entiendo español’ con la furia amenazando con salir de su cuerpo y coger vida propia.
El señor de delante le dice que haga el favor de tranquilizarse, que lleva todo el viaje dando el espectáculo. Ella suelta sapos, culebras y espumarajos.
El amable matrimonio de abuelitos de detrás la miran con cara de terapeutas americanos acostumbrados a negociar con terroristas mientras le hacen gestos para intentar aplacar la fiera diciéndole ‘doucement, madame; doucement’.
Pero ahí sigue el fenómeno poltegeist desbocado y sin control.
En ese momento se hace el silencio y todo se para a mi alrededor. Y de repente viene a mí el poder de los afligidos, la serenidad de los justos, la fuerza de los maltratados por el gobierno, los bancos, la administración (estatal, autonómica y local) y los operadores telefónicos con los que todos -alguna vez- hemos tenido que lidiar.
Y le digo:
-Me alegra que entienda usted español, señora... porque entonces comprenderá cuando le diga que miraré A CADA MOMENTO DONDE ME PAREZCA OPORTUNO.
(Zas. Brillo de peligro en los ojos. Cara de ‘no me busques que me vas a encontrar...que no sé en Francia pero la burocracia en España nos ha enseñado todo tipo de piruetas marciales y además yo de pequeña hice algo de judo...’ XD)
Y se hizo la paz en el vagón. También en mi interior. Hasta se creó una discreta camaradería entre los que habíamos tenido que luchar contra la bestia.
Y entonces comprendí que por mucho que nos aflijan, por mucho que nos atormenten y por muchas cláusulas abusivas que contengan las hipotecas o los contratos...
Siempre llega el día en el que la bestia es derrotada =)
Se bajó una parada antes. Me miró enfurecida. Le leí un ‘volveré, aunque sea de otra forma’ en la mente. Yo no pude evitar un ‘à la prochaine, madame’. Y aunque la parte más ‘zen’ de maman me recriminara el vacile, yo no dejo de pensar que en realidad...
Non, je ne regrette rien ;)
Y hasta aquí la escapada parisina. Ahora contadme:
¿Qué puesto ocupa París en vuestra lista de escapadas europeas ?
Con qué os quedáis : ¿crêpes de Nutella, macarons o tartaletas de fresa (yo con todo... y así me van ahora los tejanos ;)?
¿Habéis ganado alguna batalla a 'la bestia' últimamente?
¿Alguien tiene idea de cómo salir de un maldito bucle temporal y no morir en el intento =S?
Con qué os quedáis : ¿crêpes de Nutella, macarons o tartaletas de fresa (yo con todo... y así me van ahora los tejanos ;)?
¿Habéis ganado alguna batalla a 'la bestia' últimamente?
¿Alguien tiene idea de cómo salir de un maldito bucle temporal y no morir en el intento =S?
Besos,
Ingrid
Ingrid
*Imágenes ‘more than Chic’ & We heart it.