Hola, ¿qué tal estáis?
Yo me he metido en un bucle temporal que soy incapaz de dominar.
Resulta que pasan los días y ni me entero, que voy angustiada por la vida con mis listas ‘de cosas por hacer’ con demasiados elementos sin tachar y que me ocurren cosas tipo: ‘mira, te harás un huevo frito para comer’; pongo el aceite a calentar y de repente me acuerdo de que no he regado las plantas del despacho... ‘oh pobrecillas, eres una mala persona y blabla’ allá que me voy con la regadera y no vuelvo a acordarme ni del huevo, ni del aceite de la sartén, ni ‘ná’...
hasta que una intensa humareda negra y un inconfundible olor a quemado invaden toda la casa =S
O me llama J para decirme (arrastrando las eses... peligro cuando arrastra las eses porque eso significa que Mr. J deja de ser Dr. Jekyll... ) que me he ido de casa dejando el calefactor del baño puesto durante 8 horas (sí; lo sé, lo sé... tiene motivos para arrastrar incluso algo más que las eses ;P).
O me llama mi madre 43 veces para decirme que no me olvide de llevarle la chaqueta de cuero beige... y sólo vuelvo a acordarme de la maldita chaqueta al ver la cara de mosca que pone cuando me ve llegar y sabe (intuición, deducción, escáner cerebral o vete a saber tú cuáles son sus maléficos poderes maternales) que la chaqueta sigue en el mismo lugar que estaba antes de las 43 llamadas.
Los míos rezan todos los padrenuestros conocidos para que llegue pronto el final de esta extraña etapa de mi vida;y ya puestos, hacen los rezos extensivos al resto de súplicas (que no queme la casa, acabe con las plantas o cualquier desgracia similar).
Yo por mi parte espero que se trate de algo temporal... porque me estoy hartando de vivir repitiendo mantras como ‘heapagadorlcalefactor, hecerradoelfuegodelaverdura, lehepuestocomidaalgato, hecerradolapuertadecasa o hesacadolasllavesdelcontactodelcoche’.
Os cuento esto porque acabo de darme cuenta de que es jueves (no tenía ni idea...) y veo que hace mucho, mucho que no charlamos.
Así que hoy os voy a contar la historia de mi último ‘DIY’ =)
Me ocurrió un poco como a los chipriotas, que sin comerlo ni beberlo se han encontrado con las consecuencias del oportunismo político (no olvidemos que ninguna decisión política se ejecuta sin la intención de favorecer a un sector determinado... en este caso la maniobra europea puede que vaya encaminada a convencer a los electores alemanes de la eficacia, firmeza y ‘mano dura’ de su gobierno ante la proximidad de las elecciones...)
Sí, ellos se han topado con el juego de la política y yo...
yo me he topado con el del consumismo electrónicoinformaticoappeladiano =)
Desde el primer día que tuvimos ipad, J viene desarrollando una extraña serie de actitudes paternales con el trasto ‘¿has esperado a que se descargara del todo para volverlo a cargar?, ¡no lo dejes sin vigilancia cerca del gato!’ (esta es la mejor... ¿y qué se cree? Cómo si Freud fuera a liarse a comprar como un loco por internet con cargos a su visa).
Sí, sí; lo que os digo: lo acaricia, lo mima y hasta se despierta por las noches para ver si me lo he dejado en la mesilla de noche (ahí, sólo ante el peligro de la nocturnidad) y en caso de que así sea...
¡se levanta y lo lleva al despacho!
Le dije que estaba exagerando. Me respondió que nada de exagerar ‘¿o es que ya no te acuerdas de lo que le hiciste a mi Motorola V3?’.
Tuve que callarme, porque estar jugando con su Motorola V3 y tener un vaso de agua en la mesilla no fue buena idea.
No, no fue intencionado ni sé exactamente cómo ocurrió, pero el caso es que su amado teléfono acabó dentro del vaso de agua.
Así qué ‘touché’ y a callar.
Pero yo nunca me resigno y le propuse un pacto: ‘oye, si le hago una funda al ipad, ¿me vas a dejar vivir tranquila?’.
Tuvimos que negociar ciertos detalles que ahora no vienen al caso y de todo esto salió...
mi funda ‘DIY’ para el ipad =)
Los materiales
- tela
- espuma, la mía de un dedo de grosor
- regla y tiza
- tijeras, hilo y máquina de coser
¿Cómo lo hago?
Pues la verdad es que parece mucho más complicado de lo que es en realidad:
- Empezamos tomando las medidas del ‘tablet’ y cortamos la cantidad de tela y espuma necesarias, añadiendo un margen de tres centímetros.
Colocamos la tela con la espuma en el medio (es decir, tela-espuma-tela) y fijamos con alfileres los extremos, haciendo los pliegues necesarios para que nos quede con un buen acabado.
- Una vez hecho esto, yo me lié a marcar rayas diagonales con regla y tiza (empecé por la central y a partir de ahí fui trazando paralelas cada 5cm).
- Después, con la máquina de coser, cosí cada una de las líneas marcadas con tiza (poco a poco y presionando a los lados para que la costura quede regular).
Os aconsejaría que cosierais cada vez que marcáis, porque así no se difuminan las líneas y es más fácil seguir el trazo.
- A partir de ahí, sólo se trata de doblar por la mitad y coser los laterales para conseguir una ‘bolsa’.
Os confieso que mi intención inicial era ponerle una cremallera, pero la verdad es que la hice tan a medida que prácticamente no se mueve una vez dentro (por lo que deberéis dejar algún centímetro más de margen si la queréis más holgada).
Así J está más tranquilo y yo, al no tener que escucharle...
¡también XD!
Contadme,
¿Habéis vivido épocas de ‘atrapad@ en el tiempo’?
¿Qué opináis de lo de Chipre?¿Os parece un atentado más a la democracia y a la sociedad del bienestar?
¿Quién se anima a hacerse una funda para el tablet?¿Os gusta la mía =)?
Besos,
Ingrid
*Imágenes 'more than Chic'.