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martes, 28 de mayo de 2013

París, mon amour...


Muy buenas tardes:
 
Está claro que no lo consigo. Lo intento, estoy en ello... pero no logro ponerle orden a mi vida.
Cómo explicaros... digamos que me he metido en un bucle infinito de ejercicios de Bricomanía.
Bueno, para ser exactos debería decir Bricomanía y Masterchef, al 50% (que no ‘diy’ y recetas; pero no quiero aburriros con los detalles). Una locura sin control.

A ver si espabilo y me pongo las pilas de una vez, que llevo un año que no os podéis ni imaginar.
En fin, ¿dónde nos habíamos quedado?
 
Ah, sí; os contaba que nos fuimos a París con maman =)
 

Una escapada relámpago de chicas a la ciudad de la luz. Fuimos en ave (qué cómodo, oiga; cualquiera pierde el tiempo en desplazamientos al centro de la ciudad y discutiendo con azafatas de Ryanair..., ¿el viaje? Pues tardamos 5 horas y media en llegar a la Gare de Lyon y como los croque-monsieur del vagón bar –sería cruel llamarlo vagón restaurante...- no están nada mal y los kit-kat son kit-kat en Barcelona y también en Montpellier, pues a una el viaje se le hace corto... ¿el precio del billete? Pues sorprendentemente más barato que el viaje Barcelona-Madrid en ave... sí, sí; lo que yo le diga... ;), dormimos en un hotel correcto (ni ohhhh, ni agggg; en el centro, bien comunicado y con un camembert, una bollería de mantequilla y un barralibrehastaquetehartes de zumo natural en el desayuno por el que yo casi les hubiera cantado la Marsellesa) y nos dedicamos a vivir en profundidad la experiencia de ser turistas –una vez más- en París.
 
 
Saludar de nuevo a la Tour Eiffel, Notre Dame, la ópera, el Louvre,  los Champs Élysées y el Sacré Coeur.
Comer crêpes de Nutella, tartaletas de fresa y macarons como si no existieran ni el mañana ni la báscula.
Confirmar que una gabardina, unas wayfarer y unas deportivas no sólo son básicos indispensables sino que además camuflan a la perfección el look de ‘guiriconmaletapequeña’.
Quedarnos con un palmo de narices porque el mercado de las pulgas sólo abre sábados, domingos y lunes de 10 a 18.
 
 
Reírnos sin poder parar media hora delante de un –afortunadamente paciente- taxista porque teníamos que decirle que nos llevara a un restaurante llamado ‘Pied de cochon’ (del que tomé buena nota mental para que –ni por error- tenga que volver en la vida).
Pasarnos más de una hora apoyadas en un árbol delante del hotel 'Four Seasons', en la avenida George V, mirando embelesadas aquel poderío de coches, botones, propinas y sujetos con cara de tener cuentas en todos los paraísos fiscales conocidos del mundo actual.
Quedarnos con las ganas de pasear por la Rue Royale porque ‘se hace tarde y tenemos que coger el tren’.
 
 
Constatar que a los franceses les  va igual de mal que a los españoles pero lo disimulan peor (qué de caras largas y pocas risas pordiossss... flota en el aire una sensación general de pesar, como de desgracia tipo ‘mi equipo ha perdido la liga, no quedan colas en la nevera y los tejanos me están demasiado estrechos’...)

En fin, todas esas cosas que suelen hacerse en París =)

 
Y volvimos al chacachá del tren y a los croque-monsieurs del vagón bar.
Cuando un@ viaja en un tren tiene pocas posibilidades de evitar mirar a sus compañer@s de viaje. 

Si además esos compañer@s están sentados en asientos opuestos a los de una, dejar de mirarlos se convierte en una tarea ciertamente ardua.
Pero si -
para más inri- esos compañer@s situados prácticamente delante son una madre que no deja de discutir con sus dos hijas adolescentes...
 
Lo raro es poder llegar a ignorarlas.


Juro que lo intenté: leí una buena cantidad de páginas del libro que llevaba. Leí varias decenas de páginas más de otro libro desde el iPhone. Comentamos el viaje con maman.
Me dormí con la esperanza de que al despertar hubiera terminado aquella insoportable bronca entre la madre (cuarentona mona que lleva mal el hacerse mayor) y su hija (quinceañera, pasota y mona también para la que el iphone es dios y whatsapp la más sagrada de las Biblias...):

‘Ehhhh?????!!! Mais qu’est ce que tu dis...?? Quoi...?? Ah mais non. Non.Non!! Je suis ta mère... Et c’est suffit maintenant...!! Et ton père?? Ah, je vais parler avec papa... ah mais oui....’

Pero al despertar la cosa seguía igual; así que decidí abstraerme y dedicarme a pensar cuál de los macarons de Ladurée me iba a comer primero... ‘¿limón o caramelo? No, mejor cassis... o empiezo con el de Marie-Antoinette?’.
 

Los gritos me hacen volver a la realidad, me doy cuenta de que la mamá mona y cuarentona me está mirando con cierto aire amenazador mientras me dirige airadas palabras tipo:
 
‘blablabla ça c’est une discussion familier et personnel, mademoiselle... blablabla allons enfants de la patrie, liberté, egalité et fraternité blablabla’
 
...evidentemente dichas con todo el peso de su desquicio.
Se me pone cara de ‘pardon, comment?’ y para asegurarme de que estoy comprendiendo bien la situación, voy y se lo digo a maman.
 

De repente todo empieza a ir muy rápido: la desquiciada nos dice ‘también entiendo español’ con la furia amenazando con salir de su cuerpo y coger vida propia.

El señor de delante le dice que haga el favor de tranquilizarse, que lleva todo el viaje dando el espectáculo. Ella suelta sapos, culebras y espumarajos.
El amable matrimonio de abuelitos de detrás la miran con cara de terapeutas americanos acostumbrados a negociar con terroristas mientras le hacen gestos para intentar aplacar la fiera diciéndole  ‘doucement, madame; doucement’.
Pero ahí sigue el fenómeno poltegeist desbocado y sin control.
 

En ese momento se hace el silencio y todo se para a mi alrededor. Y de repente viene a mí el poder de los afligidos, la serenidad de los justos, la fuerza de los maltratados por el gobierno, los bancos, la administración (estatal, autonómica y local) y los operadores telefónicos con los que todos -alguna vez- hemos tenido que lidiar.
Y le digo:

-Me alegra que entienda usted español, señora... porque entonces comprenderá cuando le diga que miraré A CADA MOMENTO DONDE ME PAREZCA OPORTUNO.

(Zas. Brillo de peligro en los ojos. Cara de ‘no me busques que me vas a encontrar...que no sé en Francia pero la burocracia en España nos ha enseñado todo tipo de piruetas marciales y además yo de pequeña hice algo de judo...’ XD)
 

Y se hizo la paz en el vagón. También en mi interior. Hasta se creó una discreta camaradería entre los que habíamos tenido que luchar contra la bestia.

Y entonces comprendí que por mucho que nos aflijan, por mucho que nos atormenten y por muchas cláusulas abusivas que contengan las hipotecas o los contratos...

Siempre llega el día en el que la bestia es derrotada =)

Se bajó una parada antes. Me miró enfurecida. Le leí un ‘volveré, aunque sea de otra forma’ en la mente. Yo no pude evitar un ‘à la prochaine, madame’. Y aunque la parte más ‘zen’ de maman me recriminara el vacile, yo no dejo de pensar que en realidad...

Non, je ne regrette rien ;)
 
 
 
Y hasta aquí la escapada parisina. Ahora contadme:

¿Qué puesto ocupa París en vuestra lista de escapadas europeas ?
Con qué os quedáis : ¿crêpes de Nutella, macarons o tartaletas de fresa (yo con todo... y así me van ahora los tejanos ;)?
¿Habéis ganado alguna batalla a 'la bestia' últimamente?
¿Alguien tiene idea de cómo salir de un maldito bucle temporal y no morir en el intento =S?
 
 
Besos,
Ingrid
 
*Imágenes ‘more than Chic’ & We heart it.

lunes, 20 de mayo de 2013

De vuelta... y salmón ahumado ;)


Muy buenas noches, chic@s;
 
Vale, vale... ya lo sé.
Que sí, que ya me dejo dar todos los tirones de oreja que queráis. Que tenéis razón, que lo mío no tiene nombre y que ggrrrrttxxxfffsss. Sí.
 
Pero es que a veces la vida se complica, el trabajo se multiplica y el silencio se vuelve una necesidad imperativa.
 
En todo este periodo de paréntesis me ha dado tiempo de currar como nunca, hacer una escapada a París con maman (luego os cuento), leer como una posesa (varias novelas, algunos relatos y hasta una par de tratados de física cuántica... hablaremos de ello; bueno, los de física igual os los ahorro XD) derrotar virus, bacterias y algún que otro demonio personal que ya creía muerto, poner las maderas en el balcón (todavía seguimos en ello... esa historia merece un post entero =), hacerme muchas preguntas, seguir sin encontrar las respuestas y estar más atenta a la siempre decepcionante realidad política y socioeconómica (cosa que no me ha ahorrado ningún disgusto; he estado tentada más de dos –y de tres- veces de hacerme con una capa, un antifaz... y convertirme en ‘La Zorra, la defensora de los desamparados’. Ahora fuera coñas, me sigo preguntando hasta cuándo vamos a seguir permitiendo que se rían de nosotr@s, hasta dónde vamos a dejar que llegue todo esto... ¿tanto vamos a tardar en despertar?).
 
 
Esta vez no me ha dado ni por el ‘diy’ ni por experimentar en la cocina.
Cosa rara. Fuera de los fracasos que sigo teniendo con las ‘mousse’ sólo me he aventurado con el salmón ahumado. Y por pura casualidad, además.
 
Veréis, a mí me pirra el salmón ahumado; lo mismo tal cual con tostaditas y mantequilla que con pasta, ensalada o como parte de un entrante algo más trabajado.
I love salmón ahumado. A lot.
 
Tanto me gusta que, de vez en cuando, nos escapamos al país vecino para ir a una marisquería -que descubrimos por casualidad- en la que el dueño (no sé cómo se llamará, pero para mí siempre fue René ;) prepara un salmón ahumado de ohlalá que te filetea delante de las narices y por el que vuelves a España sin miedo a ladrones y posponiendo cualquier plan de inversiones a corto plazo.
 
Pero he descubierto algo que va a llevarnos a René y a mí al final de nuestra tórrida histoire d’amour.
Je suis desolée.
Porque he descubierto la manera...
 
de preparar salmón ahumado en casa =)
 
 
Llamadme ignorante, pero yo imaginaba que esto de ahumar era cuestión de leña, humo, llevar pieles encima, cantar el ugachaka y adorar al dios fuego.
Y nada más lejos de la realidad. El proceso es la mar de simple y resultón.
 
Al parecer, venden unas sales especiales para ahumar (no tenía ni idea, las encontré en Mercadona), con ellas sólo tienes que cubrir la pieza de salmón (o lo que quieras ahumar) dejarlo reposar y voilà.
 
Los ingredientes
- La pieza de lomo de salmón fresco que queráis preparar.
- Un bote de preparado de sales para ahumar (el mío de Mercadona).
 
¿Cómo lo hice?
- Le pedí al pescadero una pieza entera de lomo de salmón de unos 600 gramos. Al llegar a casa le saqué las espinas que quedaban, lo limpié bajo el grifo y lo sequé con papel absorbente.
- En un recipiente de cristal (en el que el salmón cupiera no demasiado holgado) puse la mitad del preparado de sales, el salmón, y el resto del preparado por encima, bien cubierto. Hay quien opta por aderezar con pimienta y otras hierbas aromáticas; yo esta vez decidí no hacerlo.
- Con un trozo de papel film –y con el fin de preservar olores-, envolví el recipiente y lo metí en la nevera. Las instrucciones indicaban 24 horas, yo me olvidé del salmón y lo dejé 30. Y la verdad es que luego terminé por concluir que la próxima vez o bien lo dejo de 35 a 40 horas, o bien le pongo un peso por encima para que la pieza se impregne mejor.
- Transcurrido este tiempo, sacamos el salmón (veremos que la sal se ha vuelto más oscura y que al salar el pescado éste ha ido soltando líquido), lo limpiamos con agua, secamos bien con papel y dejamos reposar en la nevera, otra vez tapado con papel film y por espacio de unas doce horas.
- Luego podemos optar por ir fileteando a medida que vayamos consumiendo la pieza, que procuraremos tener siempre bien cubierta (esto es lo que hice yo y puedo aseguraros que el salmón estaba mucho más rico unos días después), filetear y congelar (esto es lo que hacía con el salmón de René ;) o filetear y cubrir de aceite (asegurándoos así una textura jugosa) para tenerlo listo y cortado cada vez que queráis deleitaros.
 
Salmón ahumado casero. Buenísimo y casi tan de ohlalá como el de René. Mais oui.
 
Hablando de Francia y los franceses, ya os he dicho que nos fuimos a París con maman.
Iba a contaros la historia de la escapada pero veo que se me está haciendo tarde y creo que será mejor que lo dejemos para mañana...
 
ya sabéis que nunca os ahorro detalles y esto se puede hacer eterno ;)
 
 
Por cierto, quiero daros las gracias por estar ahí, por vuestros mensajes y por todos vuestros mails. Durante este tiempo han sido la luz en la oscuridad =)
 
Y ahora contadme:
 
¿No os parece el salmón ahumado un manjar de dioses?¿Cómo soléis tomarlo?
¿Algun@ de vosotr@s se había aventurado a prepararlo?
Y si es así, ¿por qué nadie me había dicho que era tan sencillo ;)?
¿Creéis que debería ir a despedirme de René XD?
 
Besos,
Ingrid
 
*Imágenes london-bride.com, donnahay.com & We heart it.