Canas, cumples… como la vida misma.

¡¡Eeeeeooooo!! ¿Hay alguien ahí ;)?

Ya sé, ya sé… esto se me ha ido de las manos. Me ha poseído el descontrol y me he dejado dominar por el tiempo. Ya lo sé.

Pero es que me ha ocurrido algo. Un aviso.

Fue hace un par de días. Era tarde y estaba cansada. Llegaba a casa a las tantas y sólo pensaba en irme a dormir, así que llamé al ascensor (a esas horas y con ese ánimo, ¿quién es el valiente que sube por las escaleras?) y empecé la cuenta atrás para tirarme en plancha a la cama.

Y de repente las vi en el espejo del ascensor. No eran ni una ni dos… ¡¡sino 12!!

¡¡Doce malditas canas, seis en cada sien!!

Me quedé petrificada. Yo, que siempre había defendido la elegancia de las canas, creí morir al verlas invadiendo mi cabeza… (¡¡¡¿¿¿Diosssssss, diossssss tengo caaaaanaaaaassssss???!!!)

Me metí en la cama convencida de que iba a ser incapaz de conciliar el sueño. No me equivocaba.

Allí estaba yo en plena madrugada, dando vueltas  con mi pijama de franela nuevo (es de cuadros escoceses verdes, muy… ‘noviadeleñador’), los ojos como platos y haciéndome serias reflexiones sobre el tiempo, la vida y las mechas.

No fui capaz de rendirme a Morfeo hasta llegar a tres importantes conclusiones:

- Tengo que comprarle a Mr. J un pijama de franela igual que el mío (más que nada para no meterme en la cama pensando que estoy engañando a mi novio 'el leñador' con otro que sólo usa pijamas zen…)

- He de lograr que K -mi peluquera-  comprenda que no voy a volver a hacerme  mechas durante una larga temporada  (yo sé que juntas podemos superarlo, K) porque a este ritmo me queda poco tiempo para disfrutar de mi color de pelo natural. Así que voy a pedirle hora y a explicarle que he decidido correr el riesgo de llevar una melena de lo más anodina... pero mía, al fin y al cabo (¡¡ no quiero ser una abuelita que mira fotos de cuando era joven y en todas ellas aparece con mechas rubias!!) 

- Voy a recuperar espacios para mí. Y el primero de ellos es este blog. Así que el próximo lunes empiezo de nuevo. Por mí,  por tod@s los que durante este tiempo me habéis mandado mensajes de interés y por tod@s los que estáis leyendo ahora estas líneas. Y por qué no decirlo, por la salud mental de J también ;)

Y aquí me tenéis, robándole minutos al día para venir a contaros una de las cosas más divertidas que hemos hecho en casa últimamente:

La fiesta de cumpleaños de 'maman' ;)

El aniversario de mi madre me pilló como suele pillarme todo últimamente (en bragas). Ni me había dado cuenta de lo cerca que estaba el día ‘C’ y yo estaba sin regalos, sin fiesta y sin pastel (lo dicho: en bragas).

Rogué a las musas que me inspiraran, que me dieran alguna solución, pero sólo hubo silencio.

Cuando la desesperación parecía haber ganado la batalla y ya sólo dudaba entre qué tipo de pastel encargar, tuve un momento de lucidez y entonces lo vi claro…

Blanco y tostado

Una vez definida la idea, el resto fue coser y cantar: algo de papel kraft, unas hojas de papel de seda blanco, unos globos, blondas… Y risas, muchas risas =)

Porque no se trata de complicarse la vida:

Unos pompones de papel de seda (podéis ver cómo hacerlos aquí, clic)

Regalos envueltos con papel kraft y blondas

Globos blancos ondeando al viento (tuvimos la suerte de poder salir al jardín, esto del cambio climático también tiene su lado bueno, seamos positivos…)

Y el pastel. Cómo no. También blanco y tostado ;)

Me atreví con una clásica tarta San Marcos (os cuento mañana cómo la hice, es más sencillo de lo que parece, y el resultado… uf. Bueno, para ser honestos digamos  mejor UFFFFF ;) que decoré con una guirnalda imprimible chulísima de Simply Klassic Home que podéis descargar aquí, clic.

(Confieso que tenía un plan b por si lo de la tarta no salía del todo bien…  ;)

A veces es fácil vivir olvidando  que somos los protagonistas de nuestra  historia y los únicos responsables de la cantidad de sal (o salsa,  o asssúcar… como queráis llamarlo) que tiene nuestra propia vida; si darse cuenta de que los buenos momentos debe proporcionárselos un@ mism@ implica convivir con algunas canas…

Bienvenidas sean, ¿no?

Hace mucho que no hablamos, contadme:

¿Os ha casi pillado el toro en algún cumpleaños importante? ¿Y cómo lo resolvisteis?
¿Os gusta la tarta San Marcos?

¿Canas sí o canas no?

Pijamas-leñador: ¿amor u horror?

¡Contádmelo todo ;)!

Besos,
Ingrid

*Imágenes 'more than Chic'