Villa White, en Grecia

Hola chic@s, buenas tardes:

Ayer tuve una fuerte pelea.

Fue algo inesperado, una batalla de esas en las que, una vez te has metido dentro, ya es imposible salir.

Una espiral de confusión. Una tormenta de palabras malsonantes. Un desespero absoluto a medida que iban pasando las horas y la tensión, lejos de desaparecer, parecía que había venido para quedarse a pasar unos días.

Empezó como suelen empezar estas cosas, con la inocente sugerencia de una amiga:

 'y si hicieras...'

De forma totalmente ajena a mi voluntad, mi mente registró la intencionalidad y la adoptó como propia (me ocurre muchas veces; alguien me cuenta un vicio, una manía... y al cabo de nada me doy cuenta de que ya sólo me rasco con la mano derecha, de que cuento los coches que pasan en un ceda o que, de repente, las fresas con vinagre me parecen lo más delicioso que se puede llegar a comer cuando, en realidad, yo en la vida las había tomado así. Eso sí, por mucho que me cuenten lo adictivo que es el deporte, yo sigo limitando toda actividad deportiva al rápido ejercicio de los dedos en el teclado... que hay que ver lo mucho que me cundió el cursillo de mecanografía -¡gracias papá!- teniendo en cuenta la de campanas que llegué a hacer -lo siento, papá-... ;) y al cabo de poco supe que ya no iba a poder parar hasta lograr la materialización:

'¿y si hicieras que cada post se pudiera imprimir directamente clicando un botón y me ahorraras tanto lío?'

Clic. Botón de 'print'. Clic. Lo necesito. Clic. Aprenderé lenguaje html si es preciso.

Así que ya podéis imaginaros la tardecita que pasé ayer: desafortunados intentos para colocar el maldito botón, que ahora aparecía en un lateral desorientado para desaparecer luego y volver al cabo de un rato desafiante y descarado encima de mi foto; larga conversación telefónica con Mr. J algo confusa porque no acertaba a comprender mi necesidad repentina de hablar en código de programación </body:omesolucionasestoyamismoo...//>} y varias horas de insomnio provocadas por la ingente cantidad de café que llegué a tomar.

Pero...

lo conseguí =)

Sí. Y lo logré yo solita, porque J me mandó al carajo sin necesidad de decírmelo en html (me vengaré, no sufráis que lo haré ;) y después de mirar largo, tierno y tendido al botoncito de 'imprimir' que podéis ver a partir de ahora al final de cada entrada (y que si lo clicáis os va a dar la posibilidad de imprimir los post, de guardarlos en pdf o también de mandarlos por mail), me prometí a mí misma publicar un post detallado de 'Lo he probado: instalar la opción de imprimir en las entradas de tu blog' si tan solo un@ de vosotr@s así me lo pide (la oferta va en serio, así que ya lo sabéis ;)

Pero a consecuencia de todo ello, desde esta mañana...

estoy 'pa'l arrastre' =S

Y por lo tanto, no dejo de pensar en piscinas, cielos azules, tumbonas, gin tonics (sí, en plural ;) y casas de infarto.

Algo parecido a esta que os traigo hoy.

Nos vamos hasta Grecia, concretamente a Santorini, para encontrarnos con esta casa; propiedad de un arquitecto que no sólo ha sabido escuchar lo que le susurraban las paredes de esta antigua bodega del s. XV sino que ha sabido conjugarlo divinamente (desde mi punto de vista) con las necesidades que podemos tener todos los que soñamos con aterrizar por allí cualquier rato de estos =)

Villa White en Santorini, Grecia ;)

Fijaos; fijaos en las vistas (y en la piscina), en los materiales, en los exteriores, en los colores, en la acertada austeridad de la construcción, en la adaptación de los espacios...

Por no hablar de lo fácil que sería encontrar en ese sitio la paz necesaria como para olvidarse de todo lo relacionado con códigos html y botones de 'print',

¿no lo veis así ;)?

Parece grande... ¿quién se apunta?

La oferta del tutorial va en serio ¿eh?

Besos,

Ingrid

*Imágenes Welcome Beyond