Los que me conocen bien saben que la perseverancia -en mi caso- más que una virtud es una maldición.
Que cuando se me pone algo entre ceja y ceja ya no tengo manera de librarme de ello...
Que cuando se me pone algo entre ceja y ceja ya no tengo manera de librarme de ello...
Y ojo, que no estoy hablando de un matiz algo acentuado sin demasiada importancia; me refiero a un apasionamiento intenso y totalmente desmedido que nunca sé lo que puede durar, pero que yo vivo con el mismo fervor en todos los casos.
No importa si se trata de zapatos, aromas, música, productos recién descubiertos (como me ocurrió con el borrador mágico -clic-, con el que hice una campaña que ríete tú de la de Obama, o más recientemente con el iluminador sin el que ya no soy capaz de concebir vida digna alguna; gracias otra vez, Rachel - clic-) lecturas, artistas o lugares...
todo se reduce a 'pasión, pasión, pasión' =)
Pero si hay algo para lo que me reservo mayúsculas (negrita y doble subrayado...) al hablar de 'pasión' es, sin ningún género de duda
tratando sabores y/o recetas
Puede que no recuerde con demasiada nitidez la primera vez que me fumé un pitillo (supongo que entre otras cosas porque llegué a fumarme muchos...), me pinté los labios o me puse mis primeros tacones (claro que ¿de cuántos años estamos hablando? Habrán pasado como dos o tres eternidades ;)... pero nunca olvidaré la embriagadora sensación de placer al probar por primera vez el arroz con leche que hace la madre de mi amiga 'R', los bombones de chocolate belga o el 'steak tartar' en su justo punto de picante =)
Y es por esta mal llamada perseverancia que cuando una receta me martillea la mente, no paro hasta que la pruebo (y sí, habéis acertado... de una forma totalmente obsesiva hasta que consigo un resultado más o menos aceptable ;)
Últimamente los que no me dejan vivir tranquila son los 'Huevos Bendictine'(clásico de la cocina internacional y de cualquier 'brunch' que se precie ;)
No sé por qué, la verdad es que nunca los he probado... pero como no deja de aparecerme esta receta por todas partes, he decidido afrontarla de una vez por todas.
Lo que ocurre es que para preparar unos 'Benedictine' hay que tratar primero a fondo el tema de
Y como todo me parece demasiada materia para un solo post, hoy hablaremos de ella y otro rato os cuento qué tal me ha ido con los huevos =)
La holandesa es un clásico de la cocina francesa que combina estupendamente con todo tipo de verduras y pescados (para mí especialmente con los espárragos verdes, que ya sabéis que no son lo que más me entusiasma... ;) y que no es complicada de preparar, si bien merece cierta atención en determinados puntos que ahora veremos:
Los ingredientes
- 200 grs de mantequilla
- 3 yemas de huevo
Y es por esta mal llamada perseverancia que cuando una receta me martillea la mente, no paro hasta que la pruebo (y sí, habéis acertado... de una forma totalmente obsesiva hasta que consigo un resultado más o menos aceptable ;)
Últimamente los que no me dejan vivir tranquila son los 'Huevos Bendictine'(clásico de la cocina internacional y de cualquier 'brunch' que se precie ;)
No sé por qué, la verdad es que nunca los he probado... pero como no deja de aparecerme esta receta por todas partes, he decidido afrontarla de una vez por todas.
Lo que ocurre es que para preparar unos 'Benedictine' hay que tratar primero a fondo el tema de
la Salsa Holandesa
La holandesa es un clásico de la cocina francesa que combina estupendamente con todo tipo de verduras y pescados (para mí especialmente con los espárragos verdes, que ya sabéis que no son lo que más me entusiasma... ;) y que no es complicada de preparar, si bien merece cierta atención en determinados puntos que ahora veremos:
Los ingredientes
- 200 grs de mantequilla
- 3 yemas de huevo
- zumo de 1/2 limón (he visto recetas que lo sustituyen por una cucharada de vino blanco)
¿Cómo lo hago?
- La clave del éxito de una buena holandesa no es otra que usar mantequilla clarificada.
Para hacerla pondremos a fundir la mantequilla en un bol al baño maría sin dejar que hierva el agua y sin remover; porque de lo que se trata es que se separe la grasa del suero lácteo (veremos que queda la grasa encima y otro líquido como agua debajo).
Desespumamos con ayuda de una cuchara, esperamos a que se temple y pasamos la grasa a otro recipiente.
- Ponemos las yemas en un bol y las montamos con ayuda de una batidora (hay quien lo hace también al baño maría; pero confieso que yo no lo he probado nunca).
- Añadimos el zumo de limón y seguimos montando hasta haber doblado el volumen inicial.
- Añadiremos poco a poco la grasa de la mantequilla y seguimos emulsionando la mezcla con la batidora hasta terminar la totalidad de la mantequilla clarificada.
- Por último añadiremos la sal (opcionalmente podemos poner también un poco de pimienta).
Hay que conservar la salsa a cierta temperatura (dicen los entendidos que rondando los 40º), porque se corta fácilmente tanto con demasiado frío como con demasiado calor (si esto nos ocurriera, no cunda el pánico; ponemos un poco de agua templada y trabajamos hasta emulsionar. Y si incluso así se nos resiste, ponemos una yema de huevo en un bol y empezamos de nuevo hasta ligar ;).
Contadme,
*Imágenes Google, Pinterest & We heart it
- La clave del éxito de una buena holandesa no es otra que usar mantequilla clarificada.
Para hacerla pondremos a fundir la mantequilla en un bol al baño maría sin dejar que hierva el agua y sin remover; porque de lo que se trata es que se separe la grasa del suero lácteo (veremos que queda la grasa encima y otro líquido como agua debajo).
Desespumamos con ayuda de una cuchara, esperamos a que se temple y pasamos la grasa a otro recipiente.
- Ponemos las yemas en un bol y las montamos con ayuda de una batidora (hay quien lo hace también al baño maría; pero confieso que yo no lo he probado nunca).
- Añadimos el zumo de limón y seguimos montando hasta haber doblado el volumen inicial.
- Añadiremos poco a poco la grasa de la mantequilla y seguimos emulsionando la mezcla con la batidora hasta terminar la totalidad de la mantequilla clarificada.
- Por último añadiremos la sal (opcionalmente podemos poner también un poco de pimienta).
Hay que conservar la salsa a cierta temperatura (dicen los entendidos que rondando los 40º), porque se corta fácilmente tanto con demasiado frío como con demasiado calor (si esto nos ocurriera, no cunda el pánico; ponemos un poco de agua templada y trabajamos hasta emulsionar. Y si incluso así se nos resiste, ponemos una yema de huevo en un bol y empezamos de nuevo hasta ligar ;).
Contadme,
¿Habéis probado con la holandesa ;)?
¿Con qué la habéis usado?
¿Con qué la habéis usado?
¿Y los huevos benedictine?
¿Sentís, como yo, esa 'pasión ardiente' que no os deja vivir hasta consumirla con todo tipo de sabores, objetos, sentimientos y una larga lista de etcéteras =)?
Besos,
Ingrid
*Imágenes Google, Pinterest & We heart it