Coulant de chocolate...

¡Buenas tardes!

Esta mañana me he levantado rebelde...

Sí, rebelde de (clic aquí), (clic aquí), labios rojos y complemento de leopardo.

Vamos, toda una revolución ;)

Así que hoy, ya que el descaro y el atrevimiento parecen no abandonarme, vamos a hablar de vicio.
Vicio, placer, lujuria o como queráis llamarlo.
Eso que nos han enseñado a contener y reprimir; aunque no deja de ser curioso que es vicio mientras existe la prohibición y deja de serlo cuando llegamos a la aceptación...

Por poner un ejemplo (fácil y mundano): el 'coulant' de chocolate.

Sí, el 'coulant' ocuparía un lugar preferente en mi lista de 'reprimibles' y no sólo por su incalculable valor calórico, no; un 'coulant' tiene siempre un 'plus añadido' de perversión secreta, de atracción fatal irresistible además de la completa anulación de mi voluntad.

Pero he llegado a la conclusión de que ese poder hipnótico y demoníaco que ejerce sobre mí... ¡se lo concedo yo!

Así que voy a experimentar la terapia de la aceptación; voy a intentar trascender ese placentero sentimiento de esclavitud 'chocolatera' aceptando que un 'coulant' sólo es eso... un 'coulant'.

Y ya debéis imaginar cómo pienso hacer esa terapia, ¿¿no??; pues sí querid@s, os voy a contar mi receta prohibida... allá voy ;)

Ingredientes (para 6 unidades)

- 100 grs de chocolate fondant

- 100 grs de mantequilla (los he hecho con margarina, también quedan geniales)

- 100 grs de azúcar

- 60 grs de harina

- 4 huevos

¿Cómo lo hago?

- Bueno, para empezar, pongo a fundir al baño maría el chocolate y la mantequilla (podéis hacerlo también en el micro, pero controlad cada 20 segundos el fundido). Precaliento el horno a 200º.

- Blanqueo las yemas con el azúcar hasta que doblan el tamaño y luego añado la harina, batiendo hasta obtener una masa homogénea y sin grumos.

- Compruebo que el chocolate y la mantequilla están bien fundidos y los mezclo con la preparación de las yemas.

- Monto las claras a punto de nieve y las añado siempre con movimientos envolventes, de arriba a abajo; como si quisiera 'airear' el contenido.

- Procedo a enmoldar: engraso un poco (más por superstición que otra cosa, porque uso moldes de silicona y no haría falta, pero encontraría tantas tartas pegadas a los moldes en los anales de mi 'historia cocinera' que ya lo he adquirido como vicio... ;) y reparto la masa.
Con estas cantidades me salen 6 'completitos'.

- La cocción: después de muchos intentos fallidos, he llegado a un acuerdo con mi horno para que a 200º y en 8 minutos exactos (ni un segundo más) me los deje perfectos ;)

Claro que aquí también interviene el gusto personal de cada uno; yo prefiero que al clavar la cuchara no salga un torrente de masa líquida del interior; mi punto vendría a ser una cosa así:

Si vosotr@s lo preferís más líquido, podéis probar disminuyendo el tiempo de cocción o, incluso, añadir una pastillita de chocolate (o 2 ;) a cada unidad en la mitad de la cocción.

A partir de aquí ya entra la imaginación: yo lo he acompañado con helado (vainilla, avellana, turrón...), con chocolate fundido, con chocolate y algo de fruta...

E incluso, sí, lo confieso; me los he comido tal cual saliendo del horno en una crisis hepático-rebelde de lo más bestia...

Aceptación, Ingrid ¡¡¡a-cep-ta-ción!!! =)

Bueno, ahora os paso turno...

¿Os pervierte el 'coulant' de chocolate?

¿Cómo mitigáis vosotr@s los ataques de rebeldía?

¡Hasta mañana ;)!

Besos,

Ingrid

Imágenes vía Google