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viernes, 26 de noviembre de 2010

Kiku

Hoy tenía prevista una entrada diferente pero, como veréis, no podía ser ninguna otra más que ésta.

Empezaré por el principio.

Se llamaba Kiku y era un schnauzer mini de color negro. Fue el regalo de cumpleaños que le hicimos a mi madre dos años atrás y venía con un lazo de raso rojo y una tarjetita en la que se podía leer: 'Hola, soy Kiku y vengo para acompañarte un trocito del camino.'
Nunca imaginé que su camino iba a ser tan corto.

Puedo deciros muchas cosas de él: fue un cachorro despierto, divertido, ágil, cariñoso, travieso, obediente (cuando te ponías seria =), guapo, le encantaba el 'roastbeef' y... libre, sobre todo era libre.
Muchas otras todavía no las puedo compartir.

Un día, haciendo limpieza de armarios -con Kiku siempre rondando por ahí, claro-  encontramos varias prendas para dar y recuerdo haberle dicho a mi madre 'qué pena toda esta ropa... ¿no la podríamos reciclar?'.
Y así, con la tela de unas cortinas viejas, hice mi primer perrito. Era feo y estaba mal cosido, pero tenía... algo.
Y ese 'algo' fue lo que me impulsó a hacer perritos de tela reciclada para regalar a todos los bebés que nacían a mi alrededor.
Hasta que, de forma totalmente casual, me encontré haciéndolos por encargo.

Y luego, esa fatídica noche, ocurrió. Kiku murió.
No pude coser durante mucho tiempo.

Hace pocos días, mi madre me leyó una carta del periódico donde el padre de una niña enferma del hospital 'Sant Juan de Déu' de Barcelona, agradecía todos los donativos que estaban recibiendo para salvar la vida de su hija y, además, agradecía infinito a una señora que había ido con sus dos hijos gemelos a llevarle un peluche; pues hacía mucho tiempo que su hija no estaba tan contenta.
Y dijimos: ¿no sería bonito poder llevar 'Kikus' a todos esos niños enfermos?
Y me puse a ello.
Quisiera hacer miles, pero veremos cuántos me da tiempo a terminar.


Ayer por la noche empecé a leer 'Un corazón lleno de estrellas' de Alex Rovira y, cual es mi sorpresa, cuando leo en el prólogo que su hija pequeña nació con problemas en el corazón y que mientras estaba ingresada en el 'Sant Joan de Déu' recibieron un paquete que les mandó su editora en Japón.
Era un osito de peluche hecho a mano con diferentes telas y lo acompañaba una nota en la que la editora le contaba que su hija también había nacido enferma y había logrado superar su rara enfermedad.
Que las telas con las que habían hecho ella y su família el osito eran retales de la ropa que había vestido la niña al nacer; pues ella estaba convencida de que la fuerza que había acompañado a Kokoro -su hija- todavía estaba en esas telas y por eso se lo mandaba a Alex, para que esa fuera también la fuerza de su hija Mariona.


No pude seguir leyendo.
Lo más curioso es que yo conocí hace unos años a Alex Rovira -por cierto, un ser encantador- de la forma más inesperada, ya que vino a mi casa con Robert... que es el criador de Kiku.

Así que, por pocas vueltas que le quiera dar, veo un mensaje claro en todo esto; y es que, de alguna forma, todo lo que yo llegué a querer a ese animalito y todo lo que él representaba para mí se resume en mis 'Kikus'.
Y hacer unos cuantos para estos niños es una manera de llevarles esperanza y fuerza.
Y es, además, mi propia manera de cerrar el círculo.


Besos,
Ingrid


"Peti, t'agraeixo tot el que m'has ensenyat. I sigues sempre, sempre lliure."

13 comentarios:

  1. Hola Ingrid, es cierto que la vida de Kiku fue corta. Pero lo suficientemente larga para llevar a cabo su misión: despetar el bambi que todos llevamos dentro. A que si?. Un petonàs, Roser

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  2. Soy de la pinión de que en la vida todos los círculos terminan por cerrarse y además es así como debe ser. Las cosas, incluso las más dolorosas, siempre sirven para algo...Y si no, nada tendría sentido.
    La forma que has encontrado para cerrar el tuyo además de generosa es preciosa.
    Un saludo.

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  3. Gracias Jürgen, sé que de no ser así nada tendría sentido, pero... duele tanto!

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  4. Vaya...paseando por tu blog, he leído varios posts en los que me he reído y contagiado de esa tan buena energía que transmites (incluso llegando a traspasar la pantalla!! :))
    Pero con este...me has hecho llorar; y es que nosotras también tuvimos en casa una "Iris" a la que quisimos mucho y nos dio mucha vida, pero fue tan doloroso cuando se fue...además de que me parece una iniciativa verdaderamente bonita y curativa para este mundo de locos en el que vivimos, me has emocionado.
    Quiero felicitarte por esos "kikus" que, creo, son capaces de cambiar un instante del mundo de esas personitas.
    Un abrazo, bonica*
    Por cierto, soy la hermana de Piluka :)

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  5. LunaMenguante*, si eres la hermana de Piluka ya somos amigas entonces =)!!!
    Gracias por tan hermosísimo comentario... puede que haya quien no comprenda -y lo entiendo- pero me siento tan bien cuando alguien puede hacerlo...

    Ahora voy a conocerte ;)

    Muchos besos!!

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  6. uff! una historia muy emotiva y llena de sincronización, yo también creo que los cículos acaban cerrándose, llegar hoy hasta aquí me recuerda que tengo que ponerme manos a la obra y cerrar el mío.

    un beso especial guapa

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  7. Angie... a veces, por más vueltas que le des a las cosas no logras entenderlas; pero como quiero pensar que todo tiene un sentido, una finalidad... creo que si soy sincera del todo he de reconocer que aprendí muchas cosas con esta historia.
    Ponte y ciérralo; puede que te duela pero también te libera =)

    Muchos besos para ti también!!

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  8. La verdad es que la historia de Kiku me parece preciosa, y si el sentido de su corta vida fue que hiciéses esas obras de arte con telas recicladas para tan buen fin pues me parece maravilloso. He leído varias veces este relato y no me canso de hacerlo.... curiosamente está escrito en 26 de noviembre, un día antes de mi cumple, por eso me resulta fácil encontrarlo siempre que quiera. Me encantaría ser así de mañosa y creativa para poder hacer lo mismo. Ya no es solo el perrito tan bonito de regalo, es que está hecho a mano (cosa que me encanta... y encima reciclando, ¡¡genial!!) es el mensaje que lleva consigo de la historia de Kiku y la fuerza y apoyo que transmite, ¿qué más se puede pedir en un regalo?.

    De Alex Rovira no he leído nada aunque estuve a punto de llevarme "El laberinto de la Felicidad". Quizá éste sea un buen libro para iniciarme pero tengo recien comprado el de "La vieja sirena" y es "gordito" así que, espero que me enganche para que me lleve poco tiempo, jaja. Ayer Sant Jordi, ¿algún libro que comentar y recomendar por tu blog?.

    Besooooo

    María

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  9. Ay María... Lo de Kiku fue muy intenso. En casa siempre hemos tenido perros, gatos y bichos en general; pero con éste... Pasaron muchas cosas entre él y yo las horas antes y después de que muriera; me cuesta mucho hablar de ello porque no solo escapa a cualquier razonamiento lógico sino que además es difícil pornerle palabras... es materia de esa 'para ser vivida',como el libro de La vieja sirena.
    Hay fenómenos que no son para ser contados ni para ser descritos. Existen sensaciones que sólo son para ser vividas y para hacer de ellas un aprendizaje personal no compartido. Ya sé que suena a metafísico, pero...

    Yo con este de Sampedro tuve la sensación de estar tocando el cielo con las manos, como si por fin alguien hubiera puesto palabras a sentimientos que son viejos y nuevos al mismo tiempo... Quizás no te ocurra a ti, esto es siempre muy subjetivo; ya me contarás =)

    Y en Sant Jordi... me fui a estudiar las alternativas maderiles para la terraza!!! Pero me regalaron un par de libros que prometen, ya os contaré.

    Besines =)

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  10. Yo te entiendo. Hay cosas que es mejor vivirlas (y sentirlas) y quedárselas para uno, claro que sí.

    "La vieja sirena" está ya en mi mesilla esperando a que acabe el que tengo entre manos, "El jardín olvidado". Espero tus lecturas recomendadas.

    Jajaja, sí, ya vi lo de las alternativas maderiles... tiene que quedar preciosa. Creo que vi una foto de tu terracita y ya se me cayó la baba, ¡¡que gusto!!... y me encanta el sonido de las pisadas en la madera. ¡¡Adelante con ese proyecto!!

    Besos mil

    María

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    Respuestas
    1. Bueno... que tengo a J medio convencido pero el hombre no se decide con sus 'y si luego...'?? En fin, que me va a tocar hacer el pino puente para terminar de camelármelo... veremos =)

      Hay dias en los que observo a Freud y pienso en lo mucho que debería aprender de él; te aseguro que la forma de enfocar la vida de los animalines es mucho más práctica que la mía, por lo menos...!!

      Ese libro me llegó al alma... a ver si te ocurre lo mismo!

      Muas

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  11. ¡¡Ya se te ocurrirá algo para camelártelo!!. A mi me funciona el método de "lo dejas caer", así como quien no quiere la cosa, con tooooodo lo positivo que aportaría esto o aquello, ¿y lo bonito que quedaría?, se lo dejo "rumiar" unos días y ¡¡TACHÁNNNNNNNNNNNN!!. En fin, que les cuesta decidirse a algunos, jaja.

    Los gatos son de lo mejor. Van a lo suyo y pasan del resto del mundo. Les haces una carantoña o les pones un poquito de su comida favorita y ¡¡ya están como locos!!... vaya... y a mi también me pasa.. me ponen algo rico y me mejora el humor, jajajaja, eso ya es un gran paso para "gatulinizarme". Próxima meta: no gastarme la pasta en gilipolladas, ¿quién las necesita?. Comida, agua y tener donde dormir, ¡¡como los gatos!!, no necesito esos zapatos taaaaaaaaaaan monos... NO LOS NECESITO.

    Estoy atascada en "El Jardín Olvidado". No es que no me guste pero no me engancha. Creo que por el medio leeré el último que recomendaste, ambientado en París, que también lo tengo. Pero bueno, antes me quedan 250 páginas del que tengo pendiente..... ayyyyyyyy
    Besazo

    María

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  12. Ay hija! Pocos libros se me traban a mí... (alguno hay) pero por lo general me lo leo tó!!
    Mi Freud se está volviendo muy señoritingo... que oye, antes era más 4x4 para comer y ahora...!!
    Yo en cambio al revés...jajjajajajajajajjja!!
    Y en cuanto a las maderas... tengo un maléfico e inconfesable plan =)

    Muuuuuuuuuas

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Y tú, ¿cómo lo ves ;)?